Me encanta la originalidad que tiene el cocinero Daniel Iranzo a la hora de mezclar los sabores de los alimentos. Me gustan la mayoría de sus recetas y muchas de ellas las suelo hacer, esta es una de ellas.
No sé porque hay gente a la que no le gusta esta verdura con lo buena que esta, tiene propiedades curativas y protectoras además de contar con un escaso aporte calólrico.
Quizá la rechazamos por el peculiar olor que desprende al ser cocinada, pero si es igualita que un bebe... en su semana veintisiete claro...
Se cultivaba en Oriente próximo hace miles de años, pero no se consumía como alimento, sino que servía para el dolor de cabeza o la diarrea.
Sería hacia el siglo XVI cuando, al llegar a Francia se empezaría a usar como alimento. Un siglo después la coliflor ya se cultivaba en la mayor parte de Europa, y no sería hasta el siglo XVII cuando llegaría a España.
Y del huerto a la mesa empezaremos ya con la receta.
Necesitaremos:
1 coliflor, 2 dientes de ajo, 1/2 l de caldo de verduras, 1 chorrito de nata y aceite de oliva virgen extra.
Y para la original guarnición: 16 mejillones en escabeche, pepinillos agridulces, cebolletas, sal, vinagre, sésamo y perifollo.
Elaboración:
Laminar los ajos y tostarlos en una olla exprés.
Limpiar la coliflor de hojas exteriores y quitar el tronco interior con la punta de un cuchillo. Cortar la coliflor en arbolitos y el tronco en láminas finas. (Yo solía desechar el tronco pero aprendí con Daniel que troceado pequeñito para pure resulta igual de rico, solo debe respetarse el tamaño para igualar en cocción al resto de la coliflor). Meter la col en la olla y también los líquidos de cocción: el caldo de verduras y la nata. Cerrar la olla y cocer a fuego medio/alto durante diez minutos.
Sacar y poner en el vaso americano o accesorio de la batidora. Añadir y poner un poquito de caldo de los mejillones. Batir muy fino.
Por otro lado, cortar finos los pepinillos, pasar las cebolletas por sésamo negro tostado (yo no tenía negro las rebozé en el Ajonjoli de toda la vida) y servirlo todo en el puré. Añadir también los mejillones enteros y decorar con perifollo (opcional) no tenía perifollo.
El sabor fue sorprendente, la combinación de coliflor con vinagrillos no es nada raro pues suelen ir juntos en vinagreta y el resultado, en mi opinión, fue una fusión de sabores agridulces en perfecto equilibrio.
Pero si lo elaboráis y no os gusta siempre podéís dar otras utilidades, como estas, a la coliflor.
¿A qué molan?
Esta vez cambiamos los mejillones y vinagrillos por unos ricos langostinos y espolvoreamos con perejil y pimentón dulce,
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