domingo, 25 de mayo de 2014

Chachi-mi

Sahimi (en chino) Kuai (en coreano) Chachi-mi (como yo lo llamo) es un plato japones que consiste principalmente en mariscos o pescados crudos, cortados finamente en rebanadas aunque no tan delgadas como para un carpaccio pero más que para cubrir un nigiri.



Hay que tener especial cuidado a la hora de manipularlo puesto que se va a consumir en crudo.
El salmón fresco es uno de los más recomendables pero debemos asegurarnos que viene de un proveedor de total confianza y si se trata de congelado elegiremos una marca de calidad.




Si optamos por el salmón debemos haberlo adquirido en un trozo limpio de espinas, en rodajas no nos sirve puesto que para esta elaboración tenemos que separar, el solomillo, podríamos decir, de la parte más grasa que podemos emplear para otras elaboraciones como rellenos o envoltorios.

 Antes de cortarlo y presentarlo debemos repasar cuidadosamente que no tenga ninguna espina.




Es imprescindible actualmente que congelemos el pescado 48 horas para evitar riesgos de anisakis, y es aconsejable envolverlo en papel film luego en papel y de nuevo en film para que el frío no queme el pescado de esta manera queda protegido.



Tenemos que tener un cuchillo super afilado que sea capaz de cortar el pescado en un solo pase y el grosor deberá resultar entre medio y un centimetro. La dirección del corte debe ser perpencicular a las líneas de los músculos del pescado.




Una vez cortado debe servirse de inmediato y es conveniente acompañarlo siempre con wasabi que da sabor y mata las bacterias, al igual que el jenjibre encurtido. También puede complementarse con otra salsa como salsa de soya o salsa teriyaki.

Lo que yo os presento no tiene nada que ver con la técnica ni con el resultado de la elaboración del sashimi.

Se trata más bien de una selección de ahumados con una presentación vistosa y a mi me parece chachi porque no tiene ningún riesgo en cuanto a seguridad alimentaria, resulta muy sabroso y es super sencillo de manipular. Tan fácil como abrir el paquete y presentarlo todo de una manera atractiva.

Se compra una mojama de atún que no se parece nada al atún fresco.
Viene presentado en láminas finas al igual que el salmón ahumado.
 Enrollé cada loncha y lo deposité en la bandeja de presentación.





Después preparé zanahorias, con un cuchillo afilado trace cuatro surcos a lo largo y extraje el interior luego troceé en láminas finas.





Preparé lo que tenía por la nevera para decorar; cherries, un trozo de pepino, pepinillos, olivas rellenas de pimiento rojo que suelo tener con frecuencia porque están muy ricas y resultan muy decorativas.

Extendí las láminas de salmón y las partí por la mitad, más o menos, quedaron unas tiras que fui enrollando desde un extremo a otro formando una especie de flor, de rosa de salmón.






Intente respetar un poco las normas en cuanto a estética se refiere, porque resulta curioso que los japoneses suelen presentar los alimentos en cantidades impares.
En Japón tradicionalmente muchas cosas (desde el servicio de té a un plato de sashimi) se presentan o se sirven en cantidades impares, al igual que en otras artes como el Ikebana (nada que ver con el Ikea y su famoso faquir) pues es el arte de arreglar flores que también funciona con esta regla.

En cuanto al servicio del te, creo que lo complican un poquito...




Me lo pasé chachi y este fue el resultado de mi Chachi-mi







2 comentarios:

  1. Un plato muy decorativo, que da pena empezar a comer y que pierda su armonía.

    ResponderEliminar
  2. Si lo que da pena es que te lo comes en un pispás, y casi seguro que te quedas con hambre, al menos yo, pero todo sea por perder además de la armonía algún kilito que otro.
    Gracias nuevamente por tus comentarios.
    Gracias nuevamente por tus comentarios.

    ResponderEliminar